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El dispositiu local d’inserció


Títol: El dispositiu local d’inserció

Edició: 2011

Categoria: Institución

Entitat: Ajuntament de Castellar del Vallès

Descripció

El Dispositivo Local de Inserción (DLI) de Castellar del Vallés es una red organizada de recursos y servicios municipales y extramunicipales que da soporte a jóvenes entre 15 y 20 años en la construcción de su proyecto personal y profesional en la etapa de transición formación–trabajo. Los 4 elementos clave del DLI: la información, la orientación, la formación y la inserción.

Este modelo organizativo es flexible para adaptar la respuesta a la promoción del desarrollo de las personas y del territorio desde una perspectiva preventiva, potenciadora, participativa y compensadora de desigualdades.

Los principios subyacentes que fundamentan este modelo son:

•La universalidad del acceso a los recursos.
•La equidad como síntesis de la igualdad (de género, de oportunidades) y de la diversidad.


Objetius

Ofrecer al/la joven, en un entorno territorial concreto, una atención para la mejora de su empleabilidad hasta la consolidación profesional.

Esta atención será:

•Específica, porque se adapta a las características individuales.
•Integral, porque responde de forma holística a las necesidades de la persona.
•Integrada, porque lo hace de manera coherente con los recursos del territorio.

Ofrecer a los/las profesionales participantes un espacio de creación de conocimiento, formación, intercambio de experiencias y materiales que mejoren su práctica profesional.
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Destinataris

El DLI es un servicio universal que debe atender:

-Cualquier persona joven entre 15 y 20 años, independientemente de su trayectoria académica, que considere ella o su entorno, que necesita información y orientación. Se considera de forma especial a las personas que no gradúen la educación obligatoria.
-Al conjunto de jóvenes que se muestren inmaduros, poco activos, con falta de motivación, que no tienen sus intereses definidos, ni sus potencialidades claras, y que habitualmente se encuentran en una situación de discrepancia entre las expectativas del alumnado, la escuela y la familia.
-Jóvenes que necesitan apoyo y soporte tutorial porque no gozan de una situación familiar favorable y, especialmente, que no hayan graduado la ESO. En un grado mayor, estos jóvenes que se pueden considerar desamparados y requieren un intenso seguimiento y acompañamiento profesional en la construcción de su itinerario vital.
-Jóvenes con necesidades educativas especiales.
-Jóvenes con capacidad emprendedora y que necesitan información y apoyo para canalizarla.
-Jóvenes “invisibles” que no se significan especialmente porque no generan conflictos o no muestran abiertamente desafección al sistema educativo y, por tanto, no están detectados por los servicios más especializados. De estas personas no se tiene mucha información y resulta difícil hacerles seguimiento una vez dejan el INS y, por tanto, actuar.
-Centros formativos de cualquier nivel educativo, y tanto del ámbito reglado como no reglado.
-Empresas y entidades del mercado laboral.
-Profesionales de diferentes ámbitos.
-Entidades del ámbito social.
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Justificació de la iniciativa

La transición entre la formación y el trabajo es un proceso en que interactúan la persona y el territorio. Este proceso es una realidad compleja, en la que concurren políticas sociales, educativas y económicas, una gran diversidad de agentes, instituciones y administraciones que afectan tanto a la persona que está en tránsito como al territorio donde se desarrolla este proceso.

La persona en estado de transición concreta su proceso en un espacio de transición que responde al contexto socioeconómico, político-administrativo o territorial donde se inscribe el período temporal que dura el tránsito.

Llamaremos estado de transición al conjunto de circunstancias y variables que afectan y determinan la tipología de los procesos de inserción de las personas y que se deben considerar a la hora de dar respuesta en su trayectoria de inserción hasta la consolidación profesional.

Esta respuesta se desarrolla en el espacio de transición o conjunto de oportunidades, recursos, instituciones y criterios que deben organizar y articular el territorio para ofrecerla de forma integral e integrada y, a su vez, contribuir al desarrollo local. Este espacio debe garantizar a la persona en estado de transición derechos y opciones de acceso a servicios y recursos mediante los que adquiera, mejore, transforme, adecúe a sus competencias a lo largo de toda la vida, en definitiva, las oportunidades para consolidarse profesionalmente.

El derecho al trabajo supone indiscutiblemente el derecho a la adquisición y mantenimiento competencial necesario para continuar activo en el mercado laboral.

Dar respuesta a esto implica articular un sistema o dispositivo local de inserción (DLI).

El DLI lo forman ciudadanos y ciudadanas, agentes formativos, económicos, sociales y profesionales. Todos contribuyen a mejorar las competencias de las personas y, por tanto, el espacio de transición que entretejen es fundamentalmente un espacio formativo, no académico.

Los agentes se pueden clasificar tanto por su naturaleza como por su rol en el DLI y establecer si actúan como agente principal o complementario desde la perspectiva formativa, económica-laboral o social.

Es importante destacar que los agentes tienen, a la vez, la doble calidad de usuarios y de generadores de recursos. Todos necesitamos de los otros, en mayor o menor medida, para poder llegar a los propios objetivos, ya sean formativos, económicos, políticos o sociales. Esta reciprocidad asimétrica es la raíz de la forma, intensidad y periodicidad de la colaboración que supone integrar el DLI.

Hay que destacar que para la creación y funcionamiento del DLI es necesario:

-La participación voluntaria de los agentes en todo el proceso desde su definición y creación.
-La clarificación de roles, de normas y reglas de funcionamiento.
-La coordinación intramunicipal y el trabajo transversal.
-El consenso entre todos los agentes de los valores y los principios que lo inspiran.
-La discusión y el acuerdo metodológico.

Para estructurar el DLI hay que considerar tanto el contenido que se ofrecerá a los distintos usuarios (jóvenes, profesionales de varios ámbitos y empresas) como la organización que permitirá concretar la acción.

En nuestra población se ofrece un único ciclo formativo de grado medio, Gestión Administrativa. Por este motivo, muchos jóvenes deben salir a estudiar fuera del municipio, con la problemática que ello comporta a la hora de obtener plaza en centros externos. Las principales ciudades vecinas que acogen a la mayoría de jóvenes estudiantes son Sabadell y Terrassa. En ocasiones, hay que desplazarse a Barcelona para encontrar determinadas ofertas formativas.

Desde diferentes departamentos se han detectado casos de personas que entran al mercado laboral, sea trabajando o en busca de trabajo, por falta de salidas formativas que les sean de interés.

Por otra parte, se detectó que diferentes departamentos del Ayuntamiento duplicaban servicios dirigidos a jóvenes, lo que ponía de manifiesto la necesidad de trabajar en red para economizar recursos y generar nuevas ideas de dinámicas de funcionamiento que tienden a perpetuarse.

Estos hechos generan una mayor necesidad de orientación académica y apoyo en el proceso de búsqueda de recursos formativos, lo cual exige un trabajo en red por parte de todos los agentes implicados. Esta dinámica de trabajo favorece una respuesta unificada y coherente. En este sentido, el DLI ha puesto en marcha estas dos acciones que se consideran prioritarias:

Creación de la Ventanilla única. Servicio centralizado de atención para cualquier joven, para canalizar la información de manera ágil.

Coordinación con centros educativos para facilitar la transición de la escuela al trabajo. Esta coordinación ya existía pero se detectaba la necesidad de un trabajo conjunto, sistemático y organizado.
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Metodologia

La metodología empleada para llevar a cabo el Dispositivo Local de Inserción ha sido y es el trabajo en red, es una forma de trabajar con un enfoque comunitario, es un trabajo sistemático de colaboración y complementación entre los recursos locales de un ámbito territorial. Es más que coordinación (intercambio de información), es una articulación comunitaria: colaborar de forma estable y sistemática para evitar duplicidades, competencia entre recursos, descoordinación, y potenciar el trabajo conjunto.

En términos prácticos, la metodología del trabajo en red es una manera efectiva de compartir información, de aprender de la experiencia del otro, de trabajar juntos, y permite a los miembros evitar el excesivo desgaste en recursos que significa la duplicación del trabajo o iniciar cada vez contactos para intercambiar experiencias, facilitando a las acciones e iniciativas de los miembros un efecto multiplicador.

La sociedad está en constante cambio, asumiendo nuevos desafíos y enfrentándose a profundas transformaciones. El territorio debe adaptarse y renovarse para facilitar el desarrollo de la sociedad en la comunidad. La creación de espacios y relaciones de cooperación intra e interterritorial ofrece la posibilidad a los distintos municipios de responder a las necesidades que comportan estos cambios, y de gestionar con criterios de equidad y eficacia los recursos que tienen al alcance.

Por otro lado, la creciente complejidad de las nuevas necesidades emergentes requieren un tratamiento transversal o plurisectorial, lo cual implica superar necesariamente la división y la especialización del modelo organizativo clásico de las administraciones públicas. Hay que establecer los mecanismos de coordinación y cooperación tanto en sentido vertical (interdepartamental) como horizontal (intermunicipal). Se trata, por tanto, de avanzar hacia un modelo de organización descentralizado que se articula a partir de objetivos comunes y de las interacciones de colaboración i complementariedad entre todos los agentes e instancias implicados.

La alianza entre las administraciones públicas, el sector privado y el tejido asociativo del territorio deviene una estrategia clave para afrontar las nuevas necesidades. La red implica que las organizaciones y estructuras se abren y flexibilizan para compartir responsabilidades y funciones. Lo más importante son los objetivos que se pretenden lograr más que las atribuciones de funciones (quién lo hace), y cuanto mayor sea el número de vínculos existente mayor será la conectividad y la capacidad de integración de la red.

La red requiere para su funcionamiento que los nodos o partes que la integran establezcan relaciones de sinergia. Este estilo trabajo permite organizar el Dispositivo Local de Inserción como un proceso flexible y dinámico con capacidad para adaptarse a los cambios del entorno y atender las nuevas necesidades y demandas de los jóvenes.

La estructura y organización en red del DLI puede facilitar la cooperación intramunicipal e intermunicipal y permitir que los entes locales trabajen a partir de los principios siguientes:

Participación de todos los agentes implicados en actividades relacionadas con los jóvenes. Esta participación permite recoger la voz de todos los sectores y tener una visión global de la realidad educativa y del mundo laboral en el territorio. Hay que hacer un esfuerzo para que todas las voces se sientan representadas.

Equidad o igualdad de oportunidades: este tipo de organización debe ser sensible a la participación y a las necesidades de los sectores más vulnerables o que corren el riesgo de quedar al margen de las dinámicas de la sociedad.

Interdisciplinariedad entre los profesionales implicados. El modelo de organización en red es basa en el trabajo conjunto entre los técnicos de distintas áreas municipales, profesores de institutos y profesionales y colectivos sociales implicados. La confluencia de ideas y propuestas de varias áreas y perspectivas permite analizar la realidad de una forma más rigurosa y afrontar los objetivos con más posibilidades de éxito.

Flexibilidad de las unidades y procesos que participan en el DLI, lo que permite adaptar la respuesta (educativa) a las necesidades cambiantes del entorno y a las demandas de los jóvenes. La red favorece una forma de organización basada en acuerdos para lograr los objetivos que se consideren más apropiados en cada momento.

Conectividad entre todos los puntos de la red para amplificar la capacidad de respuesta del DLI y favorecer el acceso de los jóvenes a la información y a los recursos del territorio. La conectividad permite que los miembros del DLI dispongan continuamente de información actualizada y se puedan ajustar con rapidez o, incluso, anticiparse a las necesidades emergentes.

Corresponsabilidad entre las distintas áreas de la administración (promoción económica, juventud, educación, servicios sociales, empresa) y los agentes (centros de secundaria...) implicados en el territorio. Esta corresponsabilidad entre el sector público y privado y el tejido social del territorio requiere una predisposición positiva para la asunción de responsabilidades en el plan. Así mismo, exige la función por parte de la administración local de facilitar las coordinaciones y de dinamizar la participación horizontal entre los diferentes agentes que participan en él.

Optimización de los recursos humanos y materiales disponibles desde una visión integral de la orientación de los jóvenes. Esta optimización responde a un criterio ecológico y de eficiencia en el uso de espacios y materiales, en las tareas profesionales y en el aprovechamiento de los recursos. Por otra parte, permite evitar duplicidad de determinados servicios y actividades, y atender otras necesidades no cubiertas.

Cuanto mayor sea el nivel de coherencia cultural entre los entornos en que se mueve el o la joven, más fácil resulta para la persona afrontar el proceso de transición. La metodología utilizada en la atención a usuarios debe garantizar la congruencia, la continuidad y la gradualidad entre el mundo formativo y el laboral.

El modelo DLI debe considerar necesariamente los cuatro componentes básicos: la información, la orientación, la formación y la inserción.

Acuerdo metodológico. Hay tres elementos metodológicos, entre otros, que se pueden aplicar con mayor o menor intensidad, pero que deberían considerarse: la tutoría y acompañamiento, la participación social y la simulación laboral.

La tutoría proporciona unidad a los diversos contenidos del aprendizaje, académico o no, y se mueve en el terreno del compromiso del o de la joven con un proyecto profesional y de opción de vida, el acompañamiento ofrece el apoyo necesario para ejecutar este proyecto personal y profesional de la forma más coherente posible.
La participación social ya sea en actividades deportivas, de cooperación, culturales, de ocio organizado, etc., permite establecer redes de relaciones personales, compartir valores y objetivos comunes, adquirir competencias de gestión y habilidades relacionales necesarias para el crecimiento personal.
La simulación laboral proporciona un conjunto de varias iniciativas que promueven el contacto directo de los adolescentes y jóvenes con escenarios laborales y con las tareas y problemáticas vinculadas al ejercicio profesional, proporcionando experiencias congruentemente transferibles al mundo laboral real.

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Recursos utilizats

Humanos:
-Comisión gestora: Un técnico de las áreas:
i.Juventud
ii.Bienestar Social
iii.Educación
iv.Promoción Económica

Materiales:
-Ordenadores
-Material fungible
-Otros

Instalaciones:
-Despacho:
i.Ventanilla única
-Sala de reuniones.

Presupuesto:
-Variable en función de los proyectos a desarrollar durante el año. No existe un presupuesto específico, este está en función de las partidas de cada área implicada.
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Evaluació dels resultats i impacte

Se realizará una evaluación continua para poder efectuar las mejoras lo más rápido posible.
La evaluación se hará mediante la valoración de los indicadores recogidos en las fichas que los servicios, centros y agentes implicados del municipio facilitarán a la Comisión Gestora. Será una evaluación cuantitativa y cualitativa, para justificar tanto el trabajo efectuado como la utilidad que el/la joven haga de él. Con la evaluación obtendremos información útil con la finalidad de formular juicios de valor y nos servirá de guía para tomar decisiones.

La evaluación se basará en los siguientes indicadores:

-Registro de usuarios atendidos en el DLI: número de usuarios que han pasado por el servicio.
-Colección de las actividades realizadas: número de usuarios que reciben información, orientación y formación.
-Inserción laboral: porcentaje de usuarios que encuentran trabajo.
-Usuarios derivados: número de derivaciones a distintos servicios municipales y extramunicipales.
-Satisfacción de los usuarios:

La evaluación nos permitirá reflexionar sobre el propi proceso y planificar los mecanismos correctores necesarios.

La metodología incluirá aspectos cuantitativos y cualitativos. El método concreto será un cuestionario de evaluación.
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